Fotograma de ‘Lo que el viento se llevó’.Cordón Press
En las protestas contra el racismo en Estados Unidos, reproducidas en buena parte del mundo, se reivindica una causa justa. Hemos visto violencia de las autoridades y la grosera tergiversación de Trump. En los aspectos simbólicos hay cuestiones llamativas, de religiosidad kitsch: el gesto de expiación de la rodilla en tierra, la destrucción de los falsos ídolos. Reparar la realidad es difícil y resulta más sencillo acudir a las representaciones….
Inicia sesión para seguir leyendo
Sólo con tener una cuenta ya puedes leer este artículo, es gratis
Gracias por leer EL PAÍS