La pandemia que está trastocando nuestras vidas también está afectando a la comunicación científica. Nunca antes se había generado tan rápidamente conocimiento científico sobre una enfermedad, al tiempo que se comunicaban en tiempo real a la ciudadanía los datos, procesos y debates científicos que definen y conforman la calidad y robustez del conocimiento. Nunca antes los procedimientos científicos para gestionarlo habían estado tan tensionados. Esta democratización del conocimiento es indudablemente positiva, pero bajo el apremio de la urgencia el resultado puede ser paradójicamente negativo….
Inicia sesión para seguir leyendo
Sólo con tener una cuenta ya puedes leer este artículo, es gratis
Gracias por leer EL PAÍS