/cloudfront-eu-central-1.images.arcpublishing.com/prisa/UJJFWGVHSNA67ER77HDGPWAI44.jpg)
Ya sé que es una palabra en franca retirada pero mientras siga en el diccionario para definir la obligación contraída, la palabra dada, la fe empeñada, yo seguiré pensando que esa es la palabra exacta que ha acompañado a Rosa Maria Sardà a lo largo de su vida y que la acompañará en la huella del recuerdo de miles de personas a las que alguna vez hizo feliz no sólo ejerciendo su profesión de una manera magistral sino simplemente existiendo. La Sardà ejercía un compromiso militante de amor con su familia, con sus amigos, c…
Inicia sesión para seguir leyendo
Sólo con tener una cuenta ya puedes leer este artículo, es gratis
Gracias por leer EL PAÍS